domingo, 16 de enero de 2011

Pasajeros manabitas dicen vivir vía crucis por el cierre de Reina

El eslogan Reina es reina se lo repite más en estos días en Manabí, luego de la suspensión definitiva de la cooperativa Reina del Camino, dispuesta por la Comisión Nacional de Tránsito, Transporte Terrestre y Seguridad Vial (Cntttsv), por el accidente que sufriera el bus 57 el 24 de diciembre, con un saldo de 39 muertos y 43 heridos.
Los usuarios expresan esa frase, acuñada hace décadas, porque –aseguran– las otras empresas de transporte no suplen el servicio de la cooperativa sancionada, que lleva medio siglo en vías ecuatorianas.
Ante la necesidad de buses para movilizarse se evocan recuerdos de lo que Reina significa para cada familia. Alejo Rodríguez, por ejemplo, relata que su padre le regalaba en Navidad un carro de madera pintado con los colores de esa empresa, fundada en Chone en 1961 con 15 carros tipo chiva, y que antes del accidente tenía 132 unidades.
Su cierre, que se dio el 24 de diciembre con una suspensión temporal y se completó con la revocatoria definitiva del permiso, el pasado martes, deja quejas no solo en las 18 localidades manabitas desde donde operaba con sus 211 frecuencias, sino en otros poblados.
Y ha cambiado la vida de manabitas como Daniel Chávez, de El Bebedero, cantón Sucre, quien dejó de estudiar en la U. Técnica de Manabí, en Portoviejo, por los problemas que enfrentaba por las noches al salir de clases. Afirma que él, su esposa y vecinos universitarios tomaban la Reina de las 22:00 de Portoviejo a Bahía.
En otros buses, todas las noches debí pagar $ 8 con mi esposa, cuando antes del cierre de Reina solo gastaba $ 4. Justo me quedé sin trabajo, por eso dejé la universidad, dice. Su esposa también dejaría los estudios, pues no hay buses, y si consigue, el pasaje es caro. Por ejemplo, de Portoviejo a Charapotó valía $ 0,85; hoy, $ 2.
Darío Monge es de Tosagua y labora en Portoviejo. Afirma que es injusto que Reina del Camino haya sido cerrada. Se debió imponer una sanción ejemplarizadora a quien cometió el accidente, pero no dejar sin servicio a muchas familias.
Byron Delgado, despachador de la coop. Coactur, indica que el lunes decenas de pasajeros que deseaban trasladarse a Pedernales durmieron en las bancas, en la terminal de Portoviejo. Fue penoso ver eso, pero no se los pudo llevar, asegura.
Cuarenta universitarios de Junín que estudian en Portoviejo se fugan de clases una hora antes para no quedarse sin transporte. Viajaban en la Reina que salía de Portoviejo a las 21:30, la última. Ahora, sin alternativa para viajar a esa hora, salen a las 20:30 para tomar el último turno de Ciudad de Calceta.
Anastasio Macías considera injusto que se le cobren $ 12, y no $ 10, como antes, para viajar de Portoviejo a Quito. Ya no puede reservar pasajes.
Los fines de semana debemos comprar al momento, y eso implica esperar hasta dos horas a que el bus se llene. Y encima cobran $ 5 a Guayaquil (la tarifa es de $ 4), comenta Tania Loor, refiriéndose a las cooperativas Coactur y Ciudad de Portoviejo, las únicas que ahora cubren la ruta directa Manta-Guayaquil.
En Rocafuerte, es tanta la necesidad de movilizarse que habitantes ofrecen el servicio de furgonetas. Pese a lo incómodo y angosto de los asientos, usan estas unidades.
Raquel Cedeño pide solución a las autoridades. Reina forma parte de nuestra historia, pero de eso no entiende el Presidente (Rafael Correa); otras cooperativas también han tenido accidentes, pero para ellos no hubo sanción, indica la habitante de El Guarango, Rocafuerte.
En Jipijapa, los pasajeros aseguran vivir un martirio al tratar de viajar a Guayaquil. Los carros pasan llenos y no quieren cogernos, ni entran a la terminal. No sabemos a quién acudir; antes de suspender la Reina deben pensar en nosotros, dice Johanna Reyes, comerciante que va a Guayaquil dos veces por semana.
En la parroquia San Isidro, de donde eran originarias la mayoría de las víctimas del accidente del bus 57, no solo hay pena por los fallecidos sino por la falta de transporte. Danilo Cueva, de esa localidad, señala: Sabemos del dolor que generó esta desgracia, pero hasta ahora los que perdemos somos todos los manabitas, y por qué no, los ecuatorianos. Nos quedamos sin transporte.
Habitantes de Convento, de Chone, volvieron a usar camionetas. Hace dos meses Reina inició sus frecuencias directas desde esta localidad a Quito y Guayaquil. Quedamos malenseñados al buen servicio, afirma Mauro Zambrano, presidente de la Junta Parroquial.
La salida de Reina también golpea al turismo. Pedro Ponce, director de Turismo de Manabí, dice que la llegada de foráneos se redujo hasta en el 20%. Generalmente los extranjeros utilizan el servicio de Reina porque tanto en páginas webs como en libros de viaje se recomienda a esta cooperativa, porque ofrecía un servicio ejecutivo. La ausencia de turistas ya se siente en el sector, destaca.
El Director de la Cntttsv ha ofrecido para mañana dar a conocer las alternativas. Mientras, sigue la espera por los buses, siguen los precios altos del pasaje, los viajes en buses repletos, en camionetas, como sea.
Ayer, en El Oro, afuera del estadio 9 de Mayo, donde se realizó la concentración de simpatizantes del Gobierno para recordar los 4 años de Gobierno, diez choferes del Sindicato de esa provincia decidieron reclamar por la sanción a Reina del Camino colocándose un catéter para extraerse sangre de los brazos.

http://www.eluniverso.com/2011/01/16/1/1447/pasajeros-manabitas-dicen-vivir-via-crucis-cierre-reina.html?p=1354&m=2176

sábado, 15 de enero de 2011

Study at Universidad San Francisco de Quito

Famous for the biological diversity of the Amazons tributaries and the Galapagos Islands – not to mention remains of Inca and pre-Inca fortresses that dot hill tops across the Sierra -- Ecuador holds some of the most amazing natural and historical wonders of the Americas. Quito, the capital city of Ecuador, is home to a northern modern section and Old Quito in the south.

Universidad San Francisco de Quito campus facilities include the largest Internet network in the country, the most modern food services department in South America, and 8,000 square meters of science laboratories. It is also home to 702 students from 42 countries worldwide studying photography, broadcasting, graphic design, and many more subjects. Students with advanced Spanish skills can enroll in courses with nationals, though English courses are also available.